Sobre mí
Para empezar a contaros mi relación con el Pilates y el Yoga, antes debo explicaros que desde los 3 años hasta los 15 hice gimnasia artística, deporte que debido a todas las horas diarias de entrenamiento que dedicaba, me dejó regalos en forma de lesiones y dolores diarios y permanentes. No todo fue malo claro, también me ayudó a conseguir una alta capacidad de conocimiento y control sobre mi cuerpo.
Fue entonces, a los 15 años, que empecé a asistir a las clases de pilates que impartía mi hermana, porque tenía muchos dolores de espalda y muy mala postura de la columna. Sus clases eran mágicas y fue gracias a ella que me enamoré del Pilates y desaparecieron mis dolores diarios de espalda.
Más adelante, cuando tenía 23 años, asistí a mi primer curso de pilates suelo. A partir de ahí, empecé a impartir clases de pilates; continué y continúo formándome.
Tras unos años dedicándome únicamente a Pilates, fue cuando decidí introducirme un poquito en el mundo del Yoga, ya había asistido a un par de clases de diferentes tipos de yoga, pero ninguno de los que había practicado acababan de resonar en mi interior.
Decidí apuntarme a un curso de yoga dinámico, la primera vez que asistí a una práctica pensé: ¿Dónde te has metido Ana? Pero poco a poco, era mi cuerpo el que me estiraba para asistir a las clases y empecé a disfrutar(me), sentir(me). Gracias al yoga conseguí una gran mejora en otra de las lesiones que arrastro desde niña, los codos, pero lo mejor de todo fue poder sanar a mi niña interior, esa que se creía que el mundo la podía comer y le costaba confiar en las personas.
Enseguida que finalicé el curso pude comenzar a impartir también clases de Yoga. Además, tuve la suerte de poder iniciarme en el Yoga para niñ@s, los que me conocen ya saben que llevo 16 años trabajando con ellos. Poder ayudarles a creer en ellos mismos, que puedan ver su potencial y crear hábitos de calma y tranquilidad desde pequeños. Tener la oportunidad de plantar una semillita en cada uno de ellos que les permita crecer fuertes y con unas raíces profundas.
Contribuir a expandir estas disciplinas tan beneficiosas, me anima a seguir aprendiendo y compartiendo lo aprendido.
Sobre mí
Para empezar a contaros mi relación con el Pilates y el Yoga, antes debo explicaros que desde los 3 años hasta los 15 hice gimnasia artística, deporte que debido a todas las horas diarias de entrenamiento que dedicaba, me dejó regalos en forma de lesiones y dolores diarios y permanentes. No todo fue malo claro, también me ayudó a conseguir una alta capacidad de conocimiento y control sobre mi cuerpo.
Fue entonces, a los 15 años, que empecé a asistir a las clases de pilates que impartía mi hermana, porque tenía muchos dolores de espalda y muy mala postura de la columna. Sus clases eran mágicas y fue gracias a ella que me enamoré del Pilates y desaparecieron mis dolores diarios de espalda.
Más adelante, cuando tenía 23 años, asistí a mi primer curso de pilates suelo. A partir de ahí, empecé a impartir clases de pilates; continué y continúo formándome.
Tras unos años dedicándome únicamente a Pilates, fue cuando decidí introducirme un poquito en el mundo del Yoga, ya había asistido a un par de clases de diferentes tipos de yoga, pero ninguno de los que había practicado acababan de resonar en mi interior.
Decidí apuntarme a un curso de yoga dinámico, la primera vez que asistí a una práctica pensé: ¿Dónde te has metido Ana? Pero poco a poco, era mi cuerpo el que me estiraba para asistir a las clases y empecé a disfrutar(me), sentir(me). Gracias al yoga conseguí una gran mejora en otra de las lesiones que arrastro desde niña, los codos, pero lo mejor de todo fue poder sanar a mi niña interior, esa que se creía que el mundo la podía comer y le costaba confiar en las personas.
Enseguida que finalicé el curso pude comenzar a impartir también clases de Yoga. Además, tuve la suerte de poder iniciarme en el Yoga para niñ@s, los que me conocen ya saben que llevo 16 años trabajando con ellos. Poder ayudarles a creer en ellos mismos, que puedan ver su potencial y crear hábitos de calma y tranquilidad desde pequeños. Tener la oportunidad de plantar una semillita en cada uno de ellos que les permita crecer fuertes y con unas raíces profundas.
Contribuir a expandir estas disciplinas tan beneficiosas, me anima a seguir aprendiendo y compartiendo lo aprendido.
Mi experiencia en números
¿Te interesa realizar clases presenciales de Yoga y Pilates?
Me puedes encontrar en Es Cau | Yoga y Pilates, en Palma de Mallorca.